Alcaraz desfonda a Musetti para volver a la final de Roland Garros
El español pasa por la retirada del italiano cuando le ganaba por 2-0 en el cuarto set. Jugará el domingo su quinta final de Grand Slam contra Sinner, que despidió a Djokovic.

De una manera inesperada, no por el resultado, sino por la forma, Carlos Alcaraz alcanzó este viernes la final de Roland Garros por segunda vez consecutiva. El vigente campeón del torneo pasó por la retirada de Lorenzo Musetti cuando le ganaba por 4-6, 7-6 (3), 6-0 y 2-0 en el cuarto set, tras dos horas y 25 minutos del que fue un muy buen partido en las dos primeras mangas y que se derrumbó completamente a partir de la tercera. El italiano rozó la perfección en un inicio espectacular, pero después se desfondó y acabó con problemas físicos. “Que vaya haciendo kilómetros”, le había dicho a Carlos su entrenador, Juan Carlos Ferrero, cuando la cosa aún pintaba mal para ellos. Y no le faltaba razón. “Nunca deseo a nadie que se lesione y menos en una semifinal de Grand Slam, que encima es la primera. Sé de lo que es capaz. Le deseo todo lo mejor, pronto volveremos a disfrutar de su tenis”, expresó el murciano con elegancia.
Así las cosas, Alcaraz jugará el domingo (15:00, DMAX y Eurosport) su quinta final de Grand Slam ante Jannik Sinner, que despidió en cuatro sets a Novak Djokovic. El español de 22 años es el quinto tenista más joven que alcanza esa cifra de partidos por el título en majors, por detrás de Mats Wilander (20), Bjorn Borg (20), Rafa Nadal (21) y Boris Becker (21). También adelanta a Manuel Santana en la lista española de finalistas, por detrás de Nadal (30), y globalmente es el tercero en activo con más tras Djokovic (37) y Medvedev (6).
En una Chatrier cubierta por la amenaza de lluvia, Alcaraz empezó el partido frío, correcto, pero sin la chispa que tuvo en cuartos ante Tommy Paul. También es cierto que su rival, en esta ocasión, le salió rana. Musetti sacó muy bien (mucho a la T) y evitó que el de El Palmar le cargara excesivamente el juego sobre su revés a una mano. Se invirtió siempre que pudo para pegarle a la bola de derechas. Y lo hizo de maravilla. Además, brilló en las defensas y salvó los dos puntos de quiebre que tuvo Carlos en el primer juego y en el séptimo. Con 5-4 a su favor, fue a morder al resto. Y con un ganador de drive y tres errores no forzados de Carlos, se llevó el parcial. ¿Sorpresa? No tanto. Sabía cómo hacer daño y no le tembló el pulso, pese a que la sensación, desde fuera, era de dominio del español.
Sin saber muy bien por qué, Alcaraz se vio por detrás en el marcador. Y en lugar de venirse abajo, cambió el chip y reaccionó para endosarle a Lorenzo un break en blanco a la primera oportunidad que tuvo. Lo que quizá no esperaba es una contestación exprés del transalpino, beneficiado de nuevo por los fallos del oponente. Aunque no se le podía restar mérito a su tenis, realmente bueno. El partido se ponía peligroso para Carlos, que celebró con rabia el 4-4 en la segunda manga para liberar tensión poco antes de que Musetti le metiera un revés a la línea que hubiera firmado el mismísimo Roger Federer. Después, uno suyo se le marchó fuera cuando tenía bola de rotura. La siguiente la despejó el de Carrara con un saquetón y se llevó el juego valiente, subiendo a la red. De nuevo tenía un interesante 5-4. Solo que Alcaraz esta vez no se despistó y atacó para intentar quebrar el servicio de Lorenzo y cobrarse el premio. Pero continuaron las alternativas. Musetti afinó ese violín que tiene por revés y forzó el desempate. Lo inició el número dos por delante (3-0), aumentó la ventaja e igualó el encuentro.
Y llega el bajón de Musetti
Estaba claro que a la mínima que Musetti bajara su nivel, Alcaraz iría como un bárbaro a por él. Y eso ocurrió en el tercer set. Históricamente le ha pasado en París al italiano, como cuando tenía dos sets de ventaja contra Djokovic en 2021 y ante Tsitsipas en 2022. También comenzó por delante ante el serbio el año pasado y luego sucumbió. Viéndose muy por detrás y dominado por Carlos, se dejó ir para reservar fuerzas y ser atendido por el fisio debido a unas molestias en el muslo izquierdo.
Sin embargo, su bajón era más una cuestión de falta de gasolina en el depósito. Ya no sacaba con la misma potencia y colocación y su lenguaje corporal denotaba fatiga por las casi dos horas que había aguantado a un nivel excelso. Y tras perder los dos primeros juegos, optó por la retirada. Un final feo para un duelo que había empezado bonito. Lo importante para Alcaraz es que está ahí otra vez, a un paso de repetir título e incrementar su gloria.
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