Sólo Alcaraz podía batir a Sinner en una final de Grand Slam. Era Alcaraz o nadie. Y fue Alcaraz. Lo volvió a hacer.

PorJuan Gutiérrez

El español y Sinner se sometieron a una brutal y a la vez bella tortura. Parecían la máquina que el padre de Agassi construyó para devolver bolas a su hijo sin descanso.

PorJesús Mínguez

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