Dos madrileñas en el cuarteto dorado de las burbujas
Daniela Fra (25 años) y Blanca Hervás (22) son parte esencial del relevo largo y en Madrid formarán parte de la Selección que busca el podio continental en el Europeo por países en Vallehermoso.


“Correr en casa será espectacular”, afirma Daniela Fra Palmer. La torrejonera, nacida el 29 de febrero del 2000, comenzó en el atletismo con 15 años de la mano de Ángeles Guerra, que primero fue su profesora en el instituto para luego convertirse en su entrenadora... labor que sigue ejerciendo para una atleta que en 2025 ha vivido su explosión definitiva. Su foco está en el 400 vallas, pero formar parte de las ‘Golden Bubbles’ del relevo 4x400 y su evolución sin obstáculos le ha llevado a firmar la quinta mejor marca española indoor de la historia en 400. “Me encanta competir con el calor del público, nos hará sonreír ver que la gente nos anima”, dice pidiendo que Vallehermoso se llene para ver a esta licenciada en ciencias de la actividad física y del deporte por la Universidad Politécnica de Madrid que cursa un master en marketing deportivo, administración y gestión de empresas por la Universidad Europea.
Otra madrileña, esta nacida en Majadahonda hace 22 años que empezó con 8 en el club de atletismo de la localidad tras volar en el patio colegial, es otro puntal de esa revolución del 400 en nuestro país. Blanca Hervás Rodríguez (30 septiembre 2002) empezó en triple salto, pasó a combinadas y se fue decantando por la velocidad hasta que se centró en el 400. El 53.87 que alcanzó le catapultó a fichar por los Hurricanes de la Universidad de Miami... aprovechando para sacarse el título de bachelor of science in communications (media management). Llegó a saturarse del atletismo, pero precisamente sus rivales-amigas fueron la clave de su resurrección en el Europeo sub23 noruego de Espoo, “mi punto de inflexión”.
Eso y su unión con Julio Rifaterra, tío-abuelo de Celia (promesa del salto de altura), que puso el foco en el entrenamiento y en la salud mental. Blanca empezó a crecer de manera exponencial y a brillar. En su mano pasó la meta el testigo del oro en el 4x400 femenino y el pasaporte a los Mundiales de Tokio del relevo mixto. Y su talento viene acompañado de esfuerzo en el tartán... y fuera, ya que trabaja a jornada parcial en una compañía de diseño estratégico.
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