Urbano

Alberto Alepuz: “Pasé de ser un tal Perropro a sentir que no era nadie”

El filmer narra en su documental Lost and Found el viaje personal y emocional que emprendió tras dejar atrás la industria del longboard.

Alberto Alepuz, Perropro, en una ventana de un hotel en China
Perroprod
Marc Fontrodona
Nació en Barcelona en 1989. Se licenció en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona. Es el responsable editorial de AS Acción, el vertical de action sports del diario AS creado en 2016. Especialista y practicante de muchas de estas disciplinas, lleva contando historias de action sports desde hace más de una década.
Actualizado a

Alberto Alepuz, más conocido como Perropro, vuelve a escena no para grabar trucos imposibles, sino para contar una historia profundamente personal. Su último proyecto, Lost and Found – A journey after the skate life, es un documental íntimo que recoge las emociones, contradicciones y hallazgos que vivió tras abandonar su carrera en el longboard profesional. Un viaje hacia adentro con la cámara como compañera y el recuerdo como guía.

“Pasé de ser un tal Perropro a sentir que no era nadie”, confiesa Alepuz en uno de los momentos más crudos del filme, disponible en YouTube. El realizador catalán se adentra en China, país que ya formó parte de su historia hace años, en busca de respuestas que él mismo no sabe formular del todo. Lo acompaña un buen amigo, fotógrafo y compañero de ruta, en un recorrido que mezcla poesía, reflexión y una nostalgia bien dosificada.

El documental va más allá de una simple crónica de viaje. Es una meditación audiovisual sobre el paso del tiempo, el vértigo de perder una identidad construida durante más de una década, y la tentativa de reconstruirse sin certezas. “Hay un desasosiego inquebrantable”, dice Alepuz al comienzo del metraje. “Una contradicción indiscutible que implica a esto de ser humano”.

Lost and Found no busca respuestas claras, ni se aferra a una narrativa cerrada. Se mueve entre la contemplación de paisajes que ya no emocionan como antes y la reaparición de un viejo amor que reabre heridas y esperanzas. La cámara, que antes capturaba velocidad y riesgo, ahora se detiene en detalles mínimos: una sonrisa, una montaña, una habitación vacía.

Noticias relacionadas

Al final, Alepuz no concluye su viaje, pero lo resignifica. “Esta vez me voy para quedarme”, dice, con una promesa que no parece hecha al espectador, sino a sí mismo. Un giro sincero de quien supo vivir rodando, y ahora se permite frenar.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos, síguenos en el Instagram de AS Acción y suscríbete gratis a nuestra newsletter, a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en:

Comentarios
Normas

Rellene su nombre y apellidos para comentar

Tu opinión se publicará con nombres y apellidos

Te recomendamos en Urbano