Los Pou narran su fallido intento de rescate en el Artesonraju
Los hermanos vascos se sumaron a un operativo voluntario en Perú que no logró dar con tres aspirantes a guía desaparecidos en la montaña.
Lo que iba a ser el inicio de un nuevo proyecto en la quebrada de Ishinca se transformó en una carrera contrarreloj por salvar vidas. Así lo contaron Iker y Eneko Pou, quienes, al recibir una llamada urgente del guía peruano César Vicuña mientras se dirigían hacia la Cordillera Blanca, no dudaron en cambiar sus planes. “Chicos, hay tres aspirantes a guía desaparecidos en el Artesonraju… el tiempo juega en nuestra contra”, les dijo. La respuesta de Iker fue inmediata: “Creo que deberíamos sumarnos”.
Tras contactar a sus arrieros y reorganizar todo, regresaron a Huaraz para integrarse a un nuevo operativo de rescate, el tercero en el que participan en Perú. Lo hicieron conscientes de las dificultades: “Nos habría gustado, pero no ha podido ser… Después de tres días intensos de búsqueda, sin apenas dormir ni comer, seguimos sin noticias de los tres aspirantes”, relató Eneko.
El equipo de rescate, compuesto por ocho personas en la vanguardia —entre ellos Daniel Milla, Kevin Huamán y los propios Pou—, recorrió largas distancias a pie, con más de 22 kilómetros y 1.300 metros de desnivel hasta el campo base en Taullipampa (4.200 m). Desde allí, alcanzaron los 5.600 m con ayuda de drones. Lo único que encontraron fue “un gran desprendimiento reciente de seracs”, sin señales de los desaparecidos.
A lo largo de la operación participaron también miembros del Grupo de Alta Montaña de la Policía Nacional, porters y cocineros, además del apoyo logístico de la AGMP liderada por Beto Pinto. Sin embargo, el desenlace fue el más temido: ni rastro de los tres montañeros.
“Nos queda la frustración de no haber podido encontrarlos… pero también el orgullo de haber estado ahí cuando más se necesitaba”, admitieron los Pou. Y recordaron que este tipo de rescates, en zonas donde no hay servicios aéreos profesionales como los que existen en Europa, dependen casi por completo del esfuerzo voluntario de montañistas y guías locales.
Un tercer y cuarto grupo continuaron la búsqueda desde otras rutas, incluido el acceso por la laguna Parón, temiendo que los desaparecidos hubieran caído por una cornisa. Hasta el momento, todos los esfuerzos han sido infructuosos.
“Ha sido un rescate muy duro”, concluyó Iker en un vídeo grabado en el campamento. “Nos vamos tristes, vacíos… pero sabiendo que hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos”. Mientras tanto, las familias de los tres jóvenes, dos peruanos y un brasileño, siguen esperando una respuesta que no llegsia.
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