Nuestros antepasados hicieron algo misterioso hace 23.000 años y ahora logramos comprender su auténtico impacto
Los asiáticos realizaron la migración prehistórica más larga de la humanidad y moldearon el paisaje genético de las Américas, según un estudio dirigido por la NTU Singapur.
La prehistoria sigue dejándonos fascinados con la repercusión que hoy sigue teniendo. Nos permite comprender ciertas situaciones, actuaciones, y es que la antropología está ahí, y los comportamientos han cambiado algo, pero la esencia y la herencia genética, se mantiene.
Según el medio finés Tieteen Kuvalehti, “al comparar las diferencias y similitudes genéticas entre individuos y poblaciones, podemos reconstruir migraciones y relaciones antiguas”, les ha explicado el investigador Kim Hie Lim de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur.
Los investigadores han analizado la migración de larga distancia del Homo sapiens utilizando la llamada secuenciación genética, que mapea los pares de bases del material genético de un organismo. De esta forma, han descubierto cómo los ancestros de los nativos americanos migraron desde Asia Central a través de Alaska hasta la Patagonia chilena.
Sin aplicaciones, sin ropa adecuada, sin mapas, sin GPS, sin nadie que les validara el esfuerzo, sin recompensa más allá de saber, conocer, simplemente buscando poder vivir en otro lugar mejor para poder subsistir, comer, dormir, mantener a su familia. Un viaje de 20.000 kilómetros que duró 9.000 años, también hay que decirlo.
Estas expediciones a América del Sur se dividieron en cuatro grupos que se adaptaron bien a los diferentes climas, desde la Cordillera de los Andes, a las selvas tropicales, otro grupo se quedó en el desierto y otros en la gélida Patagonia. Cada uno sus gustos y su nivel de adaptación.
“Nuestros resultados resaltan la extraordinaria adaptabilidad de los primeros y diversos pueblos indígenas, lo que les permitió establecerse en entornos muy diferentes”, afirma la investigadora Elena Gusareva, primera autora del estudio.
Según lo publicado en la revista Science, los resultados del estudio aumentan la comprensión de los investigadores sobre la adaptabilidad genética y podrían utilizarse en el futuro, por ejemplo, en medicina, para desarrollar tratamientos dirigidos a grupos de población específicos.
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