Adiós al producto antiplagas en los campos de Extremadura que afecta a un producto español exportado en todo el mundo
Según denuncia Asaja Extremadura, la prohibición de un fitosanitario podría dejar al sector tabaquero sin más de 43 millones de euros en ingresos y podría ponerle en desventaja frente a productores europeos.
El cultivo de tabaco en Extremadura, responsable de prácticamente toda la producción nacional, encara una de sus campañas más complicadas. La organización agraria Asaja Extremadura ha cifrado en 43,4 millones de euros las pérdidas que sufrirá el sector este año debido a la prohibición del uso del 1,3-dicloropropeno, un fumigante utilizado contra plagas del suelo como nematodos, hongos e insectos.
Según ha detallado el presidente regional de Asaja, Ángel García Blanco, esta restricción podría suponer una reducción de rendimiento de más de 1.200 kilos por hectárea, lo que afectará directamente a las más de 8.000 hectáreas de cultivo actualmente contratadas.
La organización agraria denuncia además el “agravio comparativo” que supone esta medida para los productores españoles frente a países como Italia, donde sí se permite el uso de este compuesto. Italia es actualmente el principal productor de tabaco de Europa, y según García Blanco, sus agricultores están trabajando con condiciones más favorables.
“Es el segundo año que sufrimos esta desventaja, mientras en otros países comunitarios se les autoriza su uso”, lamentó el dirigente agrario durante su comparecencia en Cáceres.
La demanda internacional, en máximos
Paradójicamente, esta crisis de producción llega en un momento en el que el tabaco extremeño vive una etapa de gran prestigio internacional. “Hay una demanda bestial de tabaco español”, aseguró García Blanco, quien explicó que las multinacionales lo prefieren para los dispositivos de tabaco calentado debido a su calidad, trazabilidad y controles sanitarios y agroambientales.
Aun así, el rendimiento esperado se aleja de los niveles habituales. “Podíamos estar en torno a los 4.000 kilos por hectárea, pero creo que difícilmente vamos a llegar a los 2.700”, avanzó el presidente de Asaja.
El tabaco no es el único cultivo afectado. García Blanco también ha mostrado su preocupación por la situación del sector cerealista, que atraviesa una crisis agravada por el aumento de las importaciones. En este sentido, cargó contra lo que calificó como “la inacción del desaparecido ministro de Agricultura”, Luis Planas, a quien acusa de permitir la entrada de cereal ucraniano sin aranceles, a precios “por debajo de los 190 euros por tonelada”, frente a unos costes de producción internos de al menos 250 euros.
Críticas a la política comercial
Desde Asaja consideran que las decisiones del Gobierno están afectando de forma desigual a los productores españoles. “Para mayor castigo, sí se aplican aranceles a fertilizantes rusos y bielorrusos, lo que encarece aún más la siembra en España”, señaló García Blanco, quien exigió medidas correctoras para evitar el desmantelamiento del tejido agrícola nacional.
En su intervención, el dirigente agrario también se refirió al estado de la apicultura, otro sector al borde del colapso. Criticó que el Ministerio de Hacienda no haya prorrogado la rebaja de los módulos fiscales, que el año pasado era del 13% y este 2025 ha subido al 26%. Según denunció, la situación de los apicultores es dramática por culpa de la importación fraudulenta de siropes, que suplantan la miel, y problemas sanitarios como la varroa, un parásito que diezma las colmenas.
García Blanco pidió directamente a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que corrija este “olvido” y atienda a un sector “actualmente en la ruina”.
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